In Rainbows (las discográficas se han roto)

El pasado 10 de octubre, la banda más importante del planeta (sí, lo son, no admito discusión) decidió que su nuevo disco, ‘In Rainbows’, se publicaría en su web. Y ya está. Sin discográfica de por medio, sin anuncios en la tele, sin filtrar el single a las radios.

Ah, y con un pequeño detalle: el precio lo pones tú.

«Paga lo que quieras».

Paga. Lo. Que. Quieras. Puedes pagar 10 libras. Puedes pagar 50. O puedes pagar 0,00 libras. Cero. Nada. Gratis. Y te llevas el disco. Un disco nuevo de Radiohead.

Esto es una bomba de neutrones en mitad de una industria musical que lleva años llorando por las esquinas por culpa del P2P, de Napster y del «todo gratis». Una industria que nos ha tratado como a criminales por querer escuchar música.

¿Y qué hacen Thom Yorke y los suyos? Pues dinamitarla desde dentro.

Llevamos años discutiendo sobre el futuro de la música. Años diciendo que el modelo de vender discos de plástico a 20 euros en una tienda estaba muerto. Años teorizando sobre si Internet era el enemigo o la solución.

Y Radiohead, en un solo movimiento, ha dado la respuesta.

La pregunta ahora es: ¿es este el fin de las discográficas? ¿Acabamos de ver el primer clavo en el ataúd de la industria tal y como la conocemos?

Obviamente, no todo el mundo es Radiohead. Ellos pueden hacer esto porque ya son gigantes. Tienen una base de fans leal que, como yo, hemos pagado gustosamente por el disco (y por la caja de lujo, que también caerá). Pero, ¿qué pasa con las bandas que empiezan?

Lo que ‘In Rainbows’ demuestra es que la relación artista-fan ha cambiado para siempre. Los intermediarios, esos señores con traje que decidían qué sonaba en la radio y qué disco se ponía en el escaparate, acaban de volverse irrelevantes.

He leído análisis que dicen que la media que está pagando la gente es de unas 4 libras. Cuatro libras. Millones de personas pagando voluntariamente por algo que podrían tener gratis. Yo he pagado 5 Euros.

Quizá el problema no era que quisiéramos las cosas gratis. Quizá el problema era que estábamos hartos de que nos trataran como a tontos.

Por cierto, el disco. El disco es una absoluta maravilla. Pero eso, viniendo de ellos, ya ni siquiera es noticia.