Después de un par de años de estricto cumplimiento de mi política de no volver a leer ficción, he roto ese autocompromiso para leer, por fin, Ready Player One. Es el libro más friki que puedes leer: está absolutamente plagado de referencias a los 80. No solo a videojuegos, sino también a películas, música y series de televisión. Es, en definitiva, un gran homenaje a la cultura pop.
DE QUÉ VA
No hará falta descubrir de qué va la novela, pero por si acaso: en el año 2045 el mundo es una mierda. Para evadirse de ese mundo falto de recursos, todo el mundo está conectado a un mundo virtual/juego llamado Oasis. Al morir, el creador de Oasis anuncia que ha dejado escondido un “huevo de pascua” en el vastísimo mundo virtual, que convertirá en heredero de su inmensa fortuna a quien lo encuentre. James Halliday, el creador, era un apasionado de los 80, así que quien quiera descubrir el huevo deberá ser también un profundo conocedor de aquella década.
ES UNA PASADA, ¿VALE?
Olvidando todos los errores que tiene la novela, es una delicia encontrarte en cada página sonriendo cuando lees las mil y una referencias que te devuelven a tu niñez, si eres uno de esos afortunados que nacieron en los 70 u 80, como un servidor. Consigue que te conviertas en Parzival y te creas capaz de descifrar cada prueba, cada acertijo y atravesar cada puerta. Sale ese niño interior que se pasaba horas pegado a la tele jugando o, en mi caso, a la pantalla monocromo de mi Amstrad CPC. Es una historia sencilla: buenos y malos, héroes y princesas… En fin, una oda a aquellos maravillosos 80.
NO TODO ES BUENO
He dejado claro que me encanta, ¿no? Lo que no evita que vea con claridad que la novela es un deus ex machinaconstante. En cada situación ocurre el milagro necesario para que el protagonista consiga lo que se propone con una facilidad alucinante. El mero conocimiento que tienen los protagonistas sobre la década es, sencillamente, imposible de alcanzar para un chaval de apenas veinte años. Se ha visto más de cien veces una sola de las cientos de películas de las que se habla en el libro. Sencillamente, no le ha dado tiempo a jugar a todos los juegos, saberse todas las películas y cada episodio de cada serie. No es envidia. Bueno, un poco sí.
¿PERO ENTONCES?
Nada empaña el maravilloso rato que he pasado leyendo Ready Player One, ni el que espero pasar leyendo Armada, la siguiente novela de Ernest Cline. Lectura recomendadísima para cualquiera que se reconozca como un niño de los 80.
Si no queréis leer el libro, en marzo de 2018 se estrenará la película dirigida por Steven Spielberg. Este tiene ante sí un reto mayúsculo, ya que se me ocurren pocas historias tan difíciles de adaptar al cine. Hay momentos en los que el protagonista está jugando a un juego dentro de otro juego… dentro de otro juego.


