Sin tiempo para morir. NO ESTABA PREPARADO.

Aviso: Este artículo está escrito desde el final. No sigas leyendo si no has visto ‘Sin tiempo para morir’. Hay spoilers. Spoilers del tamaño de un misil balístico.

Ya está. Se acabó.

En 2006, escribí aquí mismo que Daniel Craig era el mejor James Bond que había existido. Casi pierdo un amigo (hola, David) por esa afirmación. Hoy, quince años y cinco películas después, no solo me reafirmo: me parece una verdad objetiva. Daniel Craig es lo mejor que le ha pasado a la franquicia de James Bond en toda su historia.

Y ahora se ha ido. Y estoy llorando.

Llorando. Por James Bond. AVISO POR ÚLTIMA VEZ NO SIGAS LEYENDO SI NO HAS VISTO LA PELI.

Porque han hecho lo impensable: han matado a James Bond.

No es un truco. No es un «se cayó por la cascada Reichenbach». Lo hemos visto. Hemos visto a un James Bond cansado, roto, enamorado y, por primera vez, en paz. Lo hemos visto sacrificarse, no por la Reina y por la patria (que también), sino por su familia. Por una hija.

Jamás pensé que escribiría la frase «la hija de James Bond».

‘Sin tiempo para morir’ es el cierre perfecto. Es un ‘fan service’ elegantísimo (Ana de Armas, 15 minutos que roban la película) y, a la vez, un drama crepuscular. Es la primera vez que la saga nos regala un arco de personaje completo. ‘Casino Royale’ fue el «Año Uno». ‘Quantum of Solace’ fue la venganza por Vesper. ‘Skyfall’ fue el pasado y la muerte de la «madre» (M). ‘Spectre’ fue el intento fallido de colgar el esmoquin. Y ‘Sin tiempo para morir’ es la aceptación. Es la muerte.

Craig nos dio al Bond que sangraba, al que se enamoraba, al que sufría. Al que fracasaba. Al humano. Y la única forma coherente de cerrar la historia de un Bond humano era esta. Con la muerte.

Ahora, la pregunta del millón. ¿Y ahora qué?

Se cierra la etapa más exitosa y (para mí) la única artísticamente relevante de la saga. ¿Volvemos a la fórmula? ¿Otro actor guaperas, otro Q con gadgets absurdos, otra ‘chica Bond’ intercambiable y un villano que quiere dominar el mundo desde un volcán?

Por favor, no.

El listón está demasiado alto. Necesitamos riesgo. Necesitamos un salto al vacío.

Hace años, mi quiniela era obvia. Tom Hiddleston tenía la elegancia. Idris Elba tenía la presencia (y habría sido un golpe sobre la mesa). Pero ahora… ahora quiero que arriesguen de verdad.

¿Queréis riesgo? Gillian Anderson. Sí, Jane Bond. Ya lo ha insinuado y la red se incendió. Sería un reinicio absoluto.

¿Queréis una apuesta personal que ya ha demostrado que sabe llevar el esmoquin? Ana de Armas. Lo que hace en Cuba en esta película es historia. Tiene el carisma, la acción y la ironía.

Algo aún mas loco: Mackenzie Davis o Rebecca Ferguson.

No sé qué harán. Probablemente cojan a un actor de 30 años semidesconocido y vuelvan a empezar. Pero, por primera vez, no tengo prisa.

Me bajo aquí. El Bond de mi vida, el que empezó en 2006 y ha muerto en 2021, es este. Gracias por todo, Daniel.