Viernes. Sábado. Y domingo.
Tres veces. He ido tres veces al cine en un fin de semana a ver ‘Superman’. He llorado las tres veces. He salido de la sala las tres veces con una sonrisa que no me cabía en la cara y con ganas de volver a entrar.
SUPERMAN HA VUELTO.
Y no, no me refiero al homenaje de museo de Bryan Singer. No me refiero al ejercicio de deconstrucción nihilista de Zack Snyder. Me refiero a SUPERMAN. Con mayúsculas.
Por fin. Décadas. Llevamos décadas esperando esto.
¿Tiene defectos la película? Por supuesto. ¿Me importan? Absolutamente nada. Porque esto ES Superman.
Es el Superman que salva a la niña del Kaiju en mitad de Metrópolis. Es el Clark Kent que clava la interpretación de Christopher Reeve, ese equilibrio imposible entre la torpeza encantadora y la seguridad absoluta. Es el Superman que mira a Lois Lane y entiendes, sin que digan nada, que se acaban de enamorar.
He llorado. He llorado como el niño que era, pegado al televisor en Navidad, viendo la escena del balcón de la película de Donner. He vuelto a sentir esa magia.
Y el Daily Planet… ¡Dios mío, el Daily Planet! Por fin una redacción que parece una redacción. Huele a café quemado, a tinta y a estrés. Se puede tocar. Perry White grita, Jimmy Olsen corretea y Lois… Lois es la periodista que siempre debió ser: inteligente, cínica, valiente y la primera en saltar al peligro.
Claro, ya he leído las críticas en internet. «Es que es una película para niños», dicen algunos con la ceja arqueada, como si fuera un insulto.
¿Y QUÉ CO***** ESPERABÁIS?
¡Claro que es para niños! ¡Superman ES para niños! Y es para el niño que todos llevamos dentro. ¿En qué momento decidimos que todo tenía que ser ‘El Caballero Oscuro’? ¿Cuándo nos convencimos de que el cinismo era la única forma de madurez artística?
Superman es un señor en mallas de colores primarios que representa la bondad, la verdad y la justicia. Es el faro. No es un dios torturado, es un chaval de Kansas que elige hacer lo correcto. Siempre. Y esta película lo ha entendido a la perfección.
Tengo 45 «primaveras». He visto de todo. Y necesito esto. Necesito que alguien me diga que se puede ser bueno por el simple hecho de serlo.
Obligué a toda mi familia a venir conmigo. A mi hijo de 20 y al de 13, que, seamos sinceros, les da bastante más igual el personaje. Y les gustó. ¡Les gustó!
Incluso a mi mujer, Laura… (sí, la que sigue defendiendo, equivocadamente, ‘Superman Returns’)… incluso a ella le ha encantado.
He salido del cine reconciliado. Con el personaje, con el cine de superhéroes y casi con la vida. Qué bien lo has hecho, James Gunn.
Superman ha vuelto. Y yo ya estoy mirando cuándo puedo volver a verla el martes.


