No lo veáis.
Ya está. Podéis dejar de leer. Todo el artículo se resume en eso.
Hace un par de meses escribía en este mismo blog sobre la muerte del Rey del Pop. Lo hice desde la pena, pero sobre todo desde la nostalgia y el recuerdo de lo que significó para mí.
He tenido dudas, muchas dudas, sobre si ver este documental o no. «This Is It». El supuesto regreso triunfal, los ensayos de la gira que nunca fue. Ojalá no lo hubiera hecho.
¿Sabéis esa sensación? Cuando a una persona se le muere un familiar y decide que no quiere ir a verlo en sus últimos momentos, que prefiere no ir al tanatorio para que no se le quede esa imagen grabada. Prefiere recordar a esa persona como era en vida.
Pues eso.
Hay algo profundamente luctuoso y muy triste en este documental. No es una celebración de su música; es la crónica de un final anunciado. Apagué la tele con una certeza absoluta: si no hubiera fallecido de un paro cardíaco, esa gira habría sido una catástrofe.
Y lo peor es la imagen que te deja de él.
Sales viendo a una persona que estaba rota. Pero rota de verdad. Rota físicamente, incapaz de seguir el ritmo, y rota por dentro. Es un espectáculo incómodo, casi morboso, ver esos últimos coletazos.
No lo veáis. Ahorraos esa imagen final, por favor. Quedaos con el de Bucarest, con el de Valladolid, con el de ‘Thriller’. Quedaos con el Rey, no con esto.


